La cuestión es poder ocupar un lugar en el mundo, en el exterior, ser visible, y participar, y implicarse, sin comprometer lo que una es. Sin perderse en las reglas, explícitas e implícitas del entorno, sin desaparecer en la voluntad y expectativa externas, sin “venderse”, sin intentar encajar.
Ser autónoma y “vivir en presencia de la realidad, una vida tonificante, de forma visible” es, para la mujer, poder ocupar su lugar y ser soberana de su propia vida.
¿Pero es posible, a pesar de todo, mantenerse fiel a sus valores y, así y todo, generar dinero propio y construir una real Autonomía?
Puede que muchas de nosotras ya estamos haciendo un “shift” interno, un reposicionamiento de actitud frente a ciertas creencias, ya sean propias, heredadas, o implementadas por la familia/cultura/sociedad. Quizás comenzamos a cuestionar estas creencias y la forma como las aplicamos a nuestras vidas.
Es necesario este planteamiento. Si queremos trabajar con “Placer” e “Inocencia”- movidas por lo que nos interesa, por lo que alimenta nuestra curiosidad, en aquello donde podemos poner en circulación (¿movimiento?) nuestros dones. Sin negociar, sin prostituir estos dones, recursos, conocimientos.
Y sin tener que escoger entre hacer aquello en lo que creemos o tener éxito financiero, social.
Me viene a la mente el discurso de Madonna. Porque hay una actitud desafiadora, o incluso guerrera, en todo esto. La actitud de creer firmemente en sí misma y en el valor propio, sin dejar de tener presente la vulnerabilidad. “En la vida no hay una seguridad real salvo creer en uno mismo”.
Hace casi un año, en Holanda, hice una sesión con los Oráculos orientada a los propósitos del Año Nuevo, éramos cuatro mujeres. El propósito, o intención, de las cuatro era el mismo – poder conciliar los diferentes aspectos que asumimos como mujeres, e intentar encontrar un equilibrio en cómo nos dedicamos.
Porque deseamos Autonomía , pero sin sacrificar la Creatividad, ni la Maternidad, ni el Amor. ¡Y parece una de esas tareas imposibles encomendadas por los dioses!
Ahora es el momento en que hemos de creer que eso no es imposible ni utópico. Que, de alguna forma, podremos reunir la mujer autónoma, con la mujer madre, con la creativa, la esposa y la amante, en una especie de hermanamiento interno. Cada una acompañando, inspirando y potenciando las otras, para que la suma del potencial de cada una sea la realización de todas. Sin las rivalidades que las mujeres cultivan unas con otras, como si en el mundo no hubiera éxito, amor, abundancia para todas, proyectando en nuestra “proximidad” la sombra que no podemos afrontar en nosotras mismas.
Como dice Madonna “Si eres una chica has de jugar de acuerdo a las reglas del juego (…) ser tal como las otras mujeres se sienten cómodas que tú seas cerca de los hombres”
Y como dice Virginia Woolf “Las mujeres son duras con las mujeres”
Somos duras unas con las otras porque somos duras con nosotras mismas.
Pero cuando comenzamos a valorar cada parte interna nuestra, cuando comenzamos a mirar nuestros límites y vulnerabilidad con ternura, cuando comenzamos a afrontar con compasión nuestras sombras reflejadas en las otras mujeres, cuando nos atrevemos a creer en nuestro valor…..Entonces, es cuándo podremos comenzar a cambiar “el juego”.
Y cuando el “juego“ cambie, la Autonomía no será para la mujer una lucha. Porque no tendremos que dejar de ser mujeres, madres, artistas, amantes, para ser autónomas.
Pintura «Sogni», Vittorio Corcos