Sobre el arte en el acompañamiento de la maternidad comparto un pequeño texto de mi tesina – basada en el trabajo que realicé con mujeres madres inmigrantes – presentando algunas reflexiones sobre la importancia de bien nutrirnos para mejor nutrir a nuestros hijos.
“Había tres mujeres en diferentes estados de embarazo, todas exhaustas. Ese día propuse trabajar con barro. La consigna era estar cómoda, cerrar los ojos, disfrutar con la sensación de tocar la textura del barro y modelar algo que les surgiera y apeteciera.
(…)A los pocos momentos se fueron sosegando y se involucraron en la tarea. Creo que el barro hizo su efecto y las relajó. Al final colocamos todas las obras encima de la mesa grande y nos sentamos en círculo, como si estuviéramos celebrando un banquete. ¡Casi todas las obras eran alimentos y bebidas! (…)
A través de sus manifestaciones artísticas se vislumbraba que estas mujeres necesitaban nutrición, auto-cuidado, alimento, necesitaban ser madres de ellas mismas, acoger a sus niñas interiores.
Laura Gutman en su libro “La revolución de las madres” aborda de manera profunda el tema de la alimentación en general y de la lactancia en particular, y describe de manera muy clara sobre cómo la nutrición y el modo en que fuimos alimentados marcará e influenciará nuestros vínculos con los otros y con nosotras mismas a lo largo de nuestras vidas.
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La nutrición es un tema intrínsecamente femenino. Como mujeres cuidamos y alimentamos a nuestros hijos, a nuestra familia. Y por otro lado, nuestros trabajos, nuestros proyectos, a nosotras mismas.(…)
Me interesa la conexión que hay entre la necesidad de “alimento” o amor y la forma cómo nos relacionamos con esa “necesidad”. Hoy en día se incentiva cada vez más la lactancia a demanda, es decir, que el bebé mame siempre y cuando quiera, sin pautas ni horarios, pues sólo el bebé sabe la cantidad de alimento que necesita. A medida que el bebé mama – y un recién nacido puede estar prácticamente todo el día cogido a la mama, sea por hambre o para tranquilizarse a través de la succión – el organismo de la madre va produciendo la cantidad de leche que el bebé necesita. De este modo la madre no deja de producir leche y el bebé tiene el alimento perfecto sin necesidad de recurrir a los controvertidos suplementos. Hasta aquí todo tiene sentido pero, en esas horas interminables en que el bebé mama y mama, quien alimenta a la madre?
Nuestra sociedad no está del todo orientada para los que necesitan cuidados ni para los que necesitan cuidar. La maternidad es un tema complejo y la lactancia en sí se ha convertido en un tema de discusión bastante controvertido a día de hoy.
¿Cómo alimento a mis hijos? ¿Cómo me alimento yo? literal y simbólicamente.
En esta sesión estas mujeres pudieron expresar su necesidad de alimento y cuidado y fueron todavía más allá – crearon simbólicamente sus formas de nutrición.
A través de la imaginación y de la creación artística podemos cuidarnos, colmar aquello que falta, entrar en el juego de la fantasía y la imaginación y nutrirnos a través de la creatividad.
Como mujeres, como madres, necesitamos hacerlo, ya que si no estamos bien alimentadas, ¿qué leche producirá nuestro organismo para alimentar a nuestros hijos?”
“La mayoría de las madres puede dar “leche”, pero solo una minoría da la “miel” también. Para poder dar la miel, la madre no debe ser solo una “buena madre”, pero también una persona feliz .”
«El Arte de Amar”, Erich Fromm