La experiencia estética

por | 12 Dic 2016 | Proceso creativo

La experiencia estética es el encuentro con la obra de arte. Y la obra puede ser un dibujo, un poema, una imagen, una canción.
Todos ya hemos podido experimentar en algún momento los efectos reparadores y transformadores del encuentro con la obra, fuera en un concierto, una sala de cine o delante del dibujo de un niño. ¿Pero cuántos de nosotros buscamos conscientemente la experiencia estética como medicina? ¿O como nutrición?

El arte, la belleza, la experiencia estética son los nutrientes esenciales para la vitalidad de nuestro espíritu.
Vivimos tiempos de alienación de la dimensión sagrada de nuestras vidas. La insatisfacción crónica, las adicciones, el consumismo son síntomas de una inmensa hambre espiritual.
Queremos plenitud en nuestras vidas, crear proyectos, construir familias, manifestar nuestro potencial a través de relaciones saludables y trabajos satisfactorios. ¿Pero, cómo nos nutrimos? Qué es lo que nos inspira? ¿ Cual es el combustible para potenciar nuestra vitalidad y poder creativo?

Sin inspiración no hay esfuerzo que nos valga.
La inspiración es alimento para el espíritu. Viene del latín inspiratio y del verbo inspirare, que significa soplar o insuflar algo. Recibió la connotación “respirar profundamente” o “insuflar algo en el corazón de alguien”.
Tal como el acto de alimentarnos es intencional también lo puede ser el acto de inspirarnos, el acto de insinuar algo en nuestros corazones. Es un acto de responsabilidad en la medida en que escogemos potenciar nuestra creatividad. No solamente para crear proyectos, trabajos, obras, también para ser creadores de nuestra existencia.
Se trata de alimentar mi pasión por la vida. Por que es esa pasión que insufla aire en mis Deseos y es mi relación con esos Deseos que dictará la calidad de mi vida.