“¿Estamos conformados de tal manera que diariamente necesitamos minúsculas dosis de muerte para ejercer el oficio de vivir? “
.
Encuentro esta cuestión en el libro “Orlando”, de Virginia Woolf, y recuerdo un sueño que tuve hace un par de años dónde alguien me decía “Toma un poquito de muerte cada día.”
Ahora entiendo, o vuelvo a entender.
Hay trabajos que se tienen que dejar, hay relaciones que tienen que acabar, hay puntos de apoyo que se han hecho cargas y que hay que soltar.
Cuando nos aferramos demasiado a lo que ya no es vital empezamos a morir en vida, nuestra existencia se intoxica.
Las “pequeñas dosis de muerte” es lo que nos mantiene vivos en la vida, es lo que nos permite “ejercer el oficio de vivir”.